Los anillos de compromiso con diamantes continúan siendo la propuesta estrella para las parejas estadounidenses, mientras ganan espacio los elaborados con diamantes sintéticos y también con otras gemas como la moissanita.
Así lo indica el estudio que cada año elabora el portal The Knot, una plataforma especializada en productos y servicios para el mercado nupcial que dice haber sondeado a cerca de 10.000 parejas a lo largo de 2023.
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El 85% de los clientes se decanta por diamantes en sus anillos aunque la tendencia es cada vez más a la simplificación, prefiriendo una sola piedra central en lugar de los cuajados.
Las piedras laterales en el anillo han experimentado una disminución en popularidad desde 2015 (-12%), mientras que la popularidad del solitario ha aumentado por encima del 10% desde ese mismo año en el que la empresa comenzó los sondeos.
La talla brillante domina, pero menos
Por tipos de corte la talla redonda sigue siendo la más popular aunque menos que en años anteriores pues viene disminuyendo un 15% desde 2015. Mientras tanto el empleo de la talla oval ha crecido un 23% y la pera un 8% a lo largo de ese mismo periodo.
Uno de los datos más significativos el destacado crecimiento de los diamantes creados en laboratorio para los anillos de boda y compromiso: Casi la mitad de las piedras montadas (46%) fueron sintéticas. Una cifra que se habría cuadriplicado en los últimos cinco años, pues sólo suponían el 12% en el 2019 y antes de ese año su uso era prácticamente residual.
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De hecho, el tamaño medio del diamante se ha elevado hasta casi 2 quilates debido precisamente a la incorporación de los sintéticos al mercado nupcial y, para un mismo presupuesto, las parejas se decantan por piedras mayores.
Por su parte la moissanita como piedra central gana popularidad y del 10% que no busca diamantes en sus anillos, casi un 30% compró una moissanita en 2023, y este porcentaje sube hasta el 40% entre los nacidos a finales de los años 90 y mediados de los 2000, conocidos como Generación Z.
El oro amarillo toma impulso
Lo tradicional entre las parejas americanas ha sido popularmente decantarse por el oro blanco pero esta opción comienza a perder fuerza en favor del metal amarillo.
Aunque el oro blanco sigue siendo el más utilizado (39%), está perdiendo puntos en favor del oro amarillo, cuyo uso se ha venido incrementando en los últimos tres años en un 15% y ya ostenta el 31% de la cuota de mercado.