Aunque sigue a niveles muy altos, el precio del oro cerró prácticamente plano en 2022 debido a los aumentos agresivos de las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed), que impulsaron un repunte del dólar que desafió el papel del metal precioso como tradicional lugar seguro para los inversores.
Se espera que la lucha de la Fed contra la inflación dicte el sentimiento en los mercados de metales preciosos a lo largo de este año. La invasión rusa de Ucrania, el aumento de la inflación, los coletazos del Covid-19 y la desaceleración del crecimiento global mostraron un 2022 con muchos altibajos en el precio del metal.
El oro cerró a 31 de diciembre a 1.823 dólares la onza, prácticamente idéntico a los 1.820 de la misma fecha de 2021 y eso que el lingote estuvo muy cerca durante los primeros días de la crisis de Ucrania de tocar los máximos históricos por encima de los 2.000 alcanzados en 2020 cuando los países de todo el mundo se cerraron debido al Covid.
Sin embargo el metal tocó su mínimo anual entre septiembre y octubre situándose en el entorno de los 1.620 dólares, justo antes de los anuncios en las subidas de los tipos de interés para frenar la inflación galopante en Estados Unidos, no vista desde los años 80 del siglo pasado.
Ligero alza de la plata en un momento de incertidumbre
Entre otros metales preciosos, la plata a 23.87 la onza terminará el año con un aumento de más del 2%. Pero la posibilidad de una recesión global plantea un riesgo en cuanto a la demanda de plata para aplicaciones industriales, según apuntan analistas de Citi Bank.