Un rubí en bruto récord de 8.400 quilates, con un peso de 2,8 kilogramos y procedente de la zona minera de Winza, Tanzania, se exhibe este mes en Dubái a la espera de un comprador que ofrezca lo que los propietarios piden por él: 120 millones de dólares.
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Sin embargo, tal y como apunta el veterano gemólogo Jeffery Bergman de la IGS (International Gem Society), una entidad formativa con sede en Estados Unidos, en base a los datos y a las imágenes que han trascendido de la piedra parecen existir “serias dudas de que esa gema cueste lo que piden por ella”, tal y como apunta en un artículo.
Una mirada más cercana a los detalles revela que la piedra puede no ser lo que parece. Por ejemplo, una piedra de 5,00 quilates pesa alrededor de 1 gramo. Por lo tanto, una piedra de 8.400 quilates pesaría aproximadamente 1,68 kg, no 2,8 kilogramos, como ha aparecido en todos los medios.
Las imágenes publicadas de este rubí hacen pensar a los expertos que la piedra puede tener solo un 25% de rubí y un 75% de zoisita, y eso sin tener en cuenta la calidad final de la gema
En segundo lugar, se han documentado varios especímenes de rubí en zoisita en bruto de 5 a 10 veces más grandes. Tercero, los rubíes de Winza no se encuentran en la zoisita. La piedra es probablemente de Longido, Tanzania. Finalmente, y lo más importante, las valoraciones actuales de los especímenes de rubí en zoisita no respaldan la valoración estimada de 120 millones para esta gema que ahora se vende
¿Cuánto podría valer realmente?
Según el autor, mucho, mucho menos de lo que se pide. Por lo datos que aporta después de contactar con varios vendedores de este tipo de rubíes encontrados en zoisita su precio se estimaría entre 750 y 1.200 dólares por kilogramo “con mucha suerte” reitera.
De hecho Bergman recuerda una historia similar de gemas con ‘burbuja’. En 2009, un espécimen similar de rubí en zoisita de 2 kg denominado “La Gema de Tanzania” se valoró inicialmente en 11 millones de libras esterlinas (17,4 millones de dólares) y era propiedad de una empresa británica.
Era su activo más valioso y había mantenido viva a la empresa durante años, obteniendo millones de financiación bancaria a través de su aval. Sin embargo, acuciada por las deudas, la empresa tuvo que sacarla a subasta y finalmente salió a la luz su valor: se vendió por tan solo 8.000 libras. (Y eso que algunos expertos estiman ahora que no vale ni 1.000).
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Obligados a declararse en quiebra y con una deuda acumulada de más de 40 millones, los administradores designados por el tribunal declararon que la valoración de 11 millones de libras esterlinas de la piedra de 2 kg y los documentos que la acompañaban eran una falsificación.
Tal y como recuerda el autor del artículo, “los propietarios de este rubí deberían prestar más atención a los registros de las subastas al publicar cualquier valoración sorprendente de las piedras de su colección. De lo contrario, la experiencia de la Gema de Tanzania dictará la siguiente pregunta obvia: ¿Por qué?”