Si la semana pasada ya adelantábamos la noticia de que el Comité de Armonización de Manuales de Laboratorio (LMHC) se estaba tomando muy seriamente la aparición, cada vez más frecuente, de corindones tratados con lo que se conoce como ‘baja temperatura’ (por debajo de los 1.000ºC) y su dificultad para identificarlos, ahora el Laboratorio Gemológico de Suiza (SSEF) ahonda sobre esa cuestión y nos muestra algunos datos técnicos más detallados.
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“Desafortunadamente, y sobre todo en los últimos tiempos, la detección de dicho calentamiento no siempre es sencilla especialmente cuando el calor aplicado está por debajo de los 1.000º C” explica Michael S. Krzemnicki, director del laboratorio suizo.
“En el SSEF hemos visto en los últimos meses un número cada vez mayor de zafiros de color rosa a púrpura a los que se les aplicó un tratamiento térmico de baja temperatura con el objetivo de cambiar ligeramente su color a un tono más atractivo y vivo”. Como dato a tener en cuenta, el laboratorio explica también que la mayoría de esas piedras procedían de la zona de Ilakaka, en el suroeste de Madagascar.
«Desafortunadamente, los métodos de detección tradicionales basados en microscopía detallada, la reacción a la luz ultravioleta y la espectroscopia infrarroja en ciertos casos no son concluyentes para saber si una piedra de este tipo se ha calentado (a baja temperatura) o no» añade el gemólogo.
Por eso desde el laboratorio destacan que sus pruebas más relevantes se basan principalmente en análisis espectroscópicos Raman detallados de inclusiones, específicamente aquellas que sufren «grandes transformaciones estructurales» por un proceso de calentamiento:

«En consecuencia, ahora podemos obtener resultados más inequívocos y concluyentes incluso para casos que antes se consideraban desafiantes o no concluyentes» apunta Krzemnicki.
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Sin embargo, por otro lado, esto también significa que se debe invertir mucho más tiempo y esfuerzo analítico en el laboratorio en nuestras operaciones diarias cuando se prueban tales piedras.
Como muestran los resultados de la investigación del laboratorio suizo, el conocimiento gemológico está en constante evolución. Por lo tanto, en ciertos casos, esto puede resultar en una reevaluación de una conclusión anterior debido a criterios científicos nuevos y previamente desconocidos o no disponibles. «Descuidar este hecho no puede ser una solución para el comercio ni para los laboratorios gemológicos» recuerda el gemólogo.