Pararafraseando el subtítulo de la fantástica novela y posterior película ‘Blade Runner’, hoy traemos una interesantísima entrevista de nuestro colaborador Jorge Rojas con el diseñador y orfebre alemán Carl Dau. Ambos son artesanos y con una extensa tradición joyera a sus espaldas. Pero se trata de unas preguntas y unas respuestas que, sin duda, dejan un espacio para la reflexión sobre lo que cada cual entiende bajo el concepto de joya.
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Por Jorge Rojas | Conozco la obra de Carl Dau desde hace muchos años. Es un autor muy reconocido en Alemania, un gran maestro orfebre y diseñador industrial que realiza piezas muy originales, con líneas puras y limpias. Su obra es una búsqueda constante de nuevas formas. Sus últimas colecciones son sorprendentemente atractivas, incluyendo de nuevo un ingrediente especial; el movimiento, un componente que genera piezas dinámicas, simples y hermosas. Joyas que logran un gran impacto emocional con muy, muy pocas líneas.
Tu última colección me ha causado una gran impresión, por tu forma de construir joyas; ideas complejas ejecutadas con elementos simples, reduciendo líneas y logrando este equilibrio dinámico en tus joyas. Tu trabajo me recuerda a la frase de Frederick Maitland, “La simplicidad es el resultado final de un trabajo largo y duro; no es el punto de partida”. ¿Te identificas con esta idea?
Después de aprobar mi examen de maestro joyero con una pieza con la mayor sofisticación técnica posible, yo era un excelente artesano capaz de los mayores logros técnicos artesanales, un año más tarde terminé por fundir la pieza con la que había conseguido el certificado de maestro, los espectaculares logros técnicos ya no eran importantes para mí. Mis piezas empezaron a ser cada vez más simples. Había desarrollado una posición artística que definió mi futuro como diseñador y que nunca más me cuestioné.
¿Cómo se llega hasta aquí?¿Cómo es el proceso creativo que genera las obras de Carl Dau?
Yo estudié cursos profesionales sobre teoría del diseño y diseño de joyería, este último curso cambió mis ambiciones y mi metodología de trabajo, me desconecté de antiguas ideas y me ayudó a trabajar en el desarrollo de técnicas de joyería y a acercarme a un concepto constructivo de la tecnología aplicada a la joyería.
«Al final, las joyas siguen siendo pequeñas maravillas relativamente poco complejas cuya tecnología de fabricación podemos dominar -quien pueda hacerlo, claro está-«
Tengo la sensación de que tus piezas surgen basadas en la metodología del diseño industrial, ¿Cómo contribuye esto a tus creaciones?
Cuando inicié mis estudios en diseño industrial empecé a interesarme en porqué percibimos un objeto más atractivo que otro. Mi tesis versó sobre los problemas que surgen de la ampliación y reducción del diseño y la composición de formas. Pero mi vida era sobre todo teórica, llegó el momento en que tenía que experimentar cómo aplicar todo el aprendizaje teórico que había adquirido y cómo podía ser trasladado a la realidad.
Me di cuenta de que soy por naturaleza diseñador, esto explicaba porqué yo no podía ser un joyero en el sentido tradicional, tenía que diseñar mis propias creaciones sin tener en cuenta requerimientos específicos de nadie. Entonces adopté la premisa de que si yo percibo algo como bello sólo tengo que encontrar a aquellos que lo ven igual que yo.
Conozco tu trabajo desde hace más de dos décadas, ya utilizabas entonces tecnología, diseño 3D, control numérico… ¿Cómo es el proceso de fabricación y cómo crees que influye en la fabricación de joyas la utilización de tecnología?
El placer que consigo al idear mis diseños y trabajar meticulosamente en ellos, es algo que incluye crear muchos modelos y muchas vistas detalladas, junto con el uso de máquinas de alta precisión, que son mi meta como artista
Cada uno de los elementos que componen la joya tiene que ajustarse al concepto global, todo tiene que encajar, todo tiene que ser especificado por medio de dibujos. Sólo entonces los elementos individuales pueden ser fabricadas en cualquier taller del mundo para después ser ensambladas por joyeros cualificados en mi taller y así convertirse en una joya.
Y es aquí, en mi taller, donde la transformación ocurre, como si fuese una metamorfosis y después de haber sido cuidadosamente ensambladas, esas piezas individuales y anónimas se convierten en una joya DAU, una joya que es exactamente como yo la había concebido en mi mente.
«Todo se concibe en la cabeza y se hace funcional mediante modelos experimentales, solo necesitas tu propia cabeza y un torno»
¿Crees que el hecho de que una joya se forme básicamente con maquinaria influye en el espíritu de la joya?
Nunca he sido capaz de apreciar realmente algo realizado artesanalmente a mano, tampoco los procesos impredecibles que ocurren. No me interesan los efectos que el azar puede producir en mis joyas. Mi posición ha sido siempre dejar hacer a las máquinas lo que pueden hacer mejor, más rápido y más económico.
En muchas de tus colecciones utilizas acero o titanio como base de tus joyas, ¿Cuáles son los beneficios de utilizar estos metales combinados con materiales nobles como el oro o los diamantes?
Un pregunta sencilla y al mismo tiempo complicada. El titanio, el acero inoxidable y la plata nos ofrecen diferentes colores de una escala de grises, de oscuro a claro y viceversa, en ocasiones añado oro y brillantes, pero únicamente por su color y los matices que nos ofrecen, no por el valor material. Incluso el valor de una obra de un pintor proviene del EFECTO de sus creaciones, no por el valor económico del material utilizado.
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Es habitual en tus colecciones incorporar movimiento a tus joyas, elementos móviles como esferas que giran, bolas que se deslizan, aros que dan vueltas. ¿Cuál es el significado de estos elementos dinámicos en la joyería de Carl Dau?
Bolas, rodillos, articulaciones y todos los accesorios técnicamente complicados se desarrollan por razones prácticas, pero también se disfrutan al constatar el funcionamiento perfecto de estos pequeños mecanismos.
En este proceso no hay computadoras complicadas de alto rendimiento u otras máquinas. Todo se concibe en la cabeza y se hace funcional mediante modelos experimentales, solo necesitas tu propia cabeza y un torno.
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Puedo resolver todo tipo de problemas técnicos y de diseño en mi cabeza y prepararlos para la producción en serie a través de la realización de modelos.
Al final, las joyas siguen siendo pequeñas maravillas relativamente poco complejas cuya tecnología de fabricación podemos dominar -quien pueda hacerlo, claro está-.
