Carambola en China que podría afectar positivamente al mercado del lujo. A finales de noviembre una de las mayores corporaciones del país asiático, un grupo inmobiliario llamado ‘Evergrande’ anunció que no podía hacer frente a sus pagos y se declaraba en quiebra técnica tras admitir una deuda de más de 300.000 millones de dólares, aunque sigue operando con el respaldo de Beijing.
A priori es un hecho irrelevante para Occidente pero se da la circunstancia de que medianos y grandes inversores han perdido la confianza en el otrora resplandeciente mercado de inversión inmobiliario en China y empiezan a mirar mucho más seriamente hacia otros lujos que se habían quedado rezagados desde la crisis Covid: La alta joyería y relojería.
Así lo analizan desde el reputado medio económico chino JinDaily que, en una reciente encuesta, muestra que el 88% de los consumidores de alta gama expresa su intención de gastar este año más en alta joyería y relojería.
Una oportunidad para seguir posicionándose en el mercado asiático. “La dramática recesión en la industria inmobiliaria de China podría significar que el lujo podría prepararse para un 2022 crucial” explica el diario.
Los dos principales grupos occidentales con presencia en el país son Richemont y LVMH, que plantean sus estrategias este año para vender más relojes tanto a consumidores iniciados como experimentados en China.
«A diferencia de otras compras más visibles como casas y automóviles, lo que el segmento de lujo tiene a su favor es su portabilidad y discreción»
Entonces, ¿quién se beneficiará más de este boom del lujo? Pues según este medio, uno de los mejores posicionados sería el grupo suizo Richemont, propietario de marcas como Cartier, IWC, Jaeger-LeCoultre, Vacheron Constantin y Montblanc, que ha cortejado hábilmente a los coleccionistas tanto principiantes como experimentados y sofisticados a través de una estrategia inteligente en línea y en el terreno físico.
Richemont se ha movido de forma óptima en el mercado online en los últimos meses lanzando una asociación estratégica con Alibaba Group que propició el lanzamiento de una boutique online dentro de la plataforma NET-A-PORTER y que contaba con todas las marcas de relojes del grupo suizo.
Y para no quedarse atrás, el ‘archienemigo’ de Richemont, LVMH, también ha redoblado esfuerzos para llegar a los consumidores más jóvenes con sus principales marcas relojeras. En julio pasado, su marca Zenith presentó como ‘embajador’ al popular cantante y actor chino Xiao Zhan, un treintañero que cuenta con casi 30 millones de seguidores en una de las principales redes sociales asiáticas.
Tendencia hacia la discreción
El último aspecto a favor es el impacto que la actual tendencia hacia una menor ostentación del consumidor chino podría tener sobre la demanda y las compras de lujo, particularmente para artículos caros como el cuero, joyas y relojes.
A diferencia de las compras más visibles como casas y automóviles, lo que el segmento de lujo tiene a su favor, es su portabilidad y discreción.
“Un inversor en relojes raros o difíciles de conseguir no necesita mostrar esa colección ni siquiera usarlos en público” expresan desde el rotativo chino. Al igual que otras clases de activos portátiles como obras de arte o vino, las marcas de joyería y relojes de lujo tienden a recuperarse rápidamente de cualquier represión específica de la industria, lo que significa que en 2022 se debería, salvo eventos dramáticos imprevistos, ver que estas marcas permanecen relativamente ilesas frente a las vicisitudes de otros sectores.