Con el 85% de las piezas vendidas y una recaudación de 50 millones de dólares en la subasta del 7 de diciembre en Sotheby’s Nueva York, dos piezas destacaron sobre todas las demás: El diamante amarillo Golden Canary y, sobre todo, la esmeralda procedente de un naufragio español del siglo XVII, que pulverizó su precio de salida.
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El anillo con una esmeralda colombiana de 5,27 quilates rescatado del naufragio del galeón Nuestra Señora de Atocha en 1622, se disparó más de 17 veces su estimación máxima previa a la venta después de ser ‘perseguido’ por hasta 18 postores a través de los teléfonos e internet.
La esmeralda se vendió por 1,2 millones de dólares cuando su estimación máxima estaba en 70.000 dólares. El anillo de oro y la gema pertenecieron a la filántropa Mitzi Perdue, a quien su esposo le regaló la gema cuando se comprometió en 1988.

El espectacular Golden Canary
Y aunque no alcanzó la estimación prevista, la otra gema que destacó en subasta fue el diamante color amarillo parduzco profundo de 303,10 quilates Golden Canary.
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El diamante IF (internal flawless) más grande conocido del mundo alcanzó los 12,4 millones de dólares, convirtiéndose en el tercer diamante amarillo más valioso vendido en subasta aunque sus estimaciones previas lo situaban en el entorno de los 15 millones.
La gema fue descubierta por una niña a principios de la década de 1980 en la República Democrática del Congo, que lo recogió entre los escombros de una mina cercana. En bruto pesaba poco más de 407 quilates y fue cortado de su forma de escudo original a una clásica pera.