Mala noticia para los inversores pero buena para fabricantes y diseñadores de joyas. Tras el máximo histórico alcanzado el 27 de febrero de este año, cuando el precio por onza del metal precioso se situó en los 2.045 dólares, hoy cotizaba a 1.663 dólares lo que supone un desplome del 19% desde esa fecha.
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Pero es que además algunos analistas pronostican que la caída podría ser mayor y estiman que el metal amarillo podría cerrar en torno a los 1.500 dólares la onza si se cumplen los escenarios más pesimistas, según un informe de UBS Group AG, un holding financiero suizo.
La causa está directamente relacionada con el fortalecimiento del dólar y la subida de los tipos de interés en Estados Unidos. UBS prevé una mayor salida de fondos de los fondos cotizados en bolsa (ETF) de oro y una reducción de los contratos de futuros en los próximos 3 a 6 meses.