El factor precio/tamaño es la clave entre los consumidores para decantarse por los diamantes hechos por el hombre. Así lo afirma una encuesta realizada entre 1.200 clientes de joyería y 178 minoristas en los principales mercados anglosajones, encargada por la Asociación de Productores de Diamantes Sintéticos (IGDA).
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De hecho, según el sondeo un 36% de los consumidores ampliaría su presupuesto original para comprar un diamante “mucho más grande” creado en laboratorio.
El mercado nupcial también comienza a decantarse por esta opción puesto que un 46% de los clientes encuestados se habría decidido por comprar un anillo de compromiso o alianza de bodas con un diamante creado en laboratorio, siempre según los datos de la encuesta.
Y de aquellos que no tenían conocimiento de este tipo de diamantes, el 87% asegura que «habría comprado» un sintético si le hubieran presentado esta opción.
Minoristas satisfechos
Por su parte el 46% de los minoristas de joyería que respondieron al sondeo (y que también venden diamantes sintéticos) aseguran que este tipo de piedras están “restando negocio” a su línea con diamantes naturales. Además el 87% dijo estar «satisfecho» o «muy satisfecho» con su decisión de vender gemas producidas en laboratorio.
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Y en el lado contrario, un 38% del comercio minorista que no vende diamante sintético asegura que su principal razón es la incertidumbre de cara al cliente: “El precio podría caer rápidamente dejándome con clientes furiosos” aseguran los comerciantes preguntados. Otro 30% de los encuestados sostiene que no es su línea de negocio y sólo trabajan con naturales.
El estudio ha sido llevado a cabo por la consultora MVEye en Australia, Canadá, la Unión Europea, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Estados Unidos. Y ha sido patrocinado por la Asociación IDGA, el Instituto Gemológico de América (GIA) y la empresa productora israelí Lusix.