Continúa el ascenso meteórico de la empresa valenciana de joyería Singularu. Cerró el ejercicio 2021 con una facturación cercana a los 9 millones de euros, lo que supone un 50% de la cifra registrada el año precedente y para este año prevé casi duplicar este resultado, alcanzando los 16 millones.
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El caso de esta firma valenciana que nació en 2014 exclusivamente como plataforma de venta online apoyada en la fabricación en talleres españoles es digno de estudio. En la actualidad cuenta con 21 establecimientos físicos en nuestro país -8 de ellos abiertos el año pasado- y tiene previsto abrir otros 15 a lo largo de 2022.
“Aunque nacimos como una marca 100% digital, no queremos perder el valor que aporta en un establecimiento físico por lo que nuestra estrategia es seguir apostando por un modelo de ventas híbrido”, afirma Cristina Aristoy, CEO y cofundadora de Singularu, junto a Paco Tormo.
Al igual que la red de tiendas crece, también lo hace su plantilla. Han pasado de 85 empleados a 154 en un año, lo que supone un crecimiento de más del 80%.