La empresa joyera española más internacional mira hacia Barcelona para estrenar un nuevo concepto de establecimiento. La tienda está diseñada para fomentar la autonomía del cliente y ofrecer una nueva manera de interactuar con el producto.
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La firma ha puesto a disposición de sus clientes un servicio de asesoramiento en el cuidado de las joyas y personalizaciones, de la mano de un artesano joyero
Nuevo concepto
Gracias a la arquitectura diáfana y a los elementos de la tienda se consigue crear una experiencia inmersiva en la que la narrativa de las colecciones es la protagonista. Además, la tienda cuenta con photo corners para generar contenido y con estilistas para asesorar a los clientes.

«La experiencia de compra es uno de los puntos clave de nuestra evolución de marca, ya que transmite a la perfección cómo entendemos nuestras joyas y complementos como aliados para la autoexpresión y la creatividad de nuestros clientes» explica Anna Sió, Brand Experience Director de la empresa.
Criterios de sostenibilidad
En el proceso de creación, además de la experiencia del cliente, se ha tenido en cuenta la sostenibilidad» apuntan desde la empresa. Así, se ha trabajado para minimizar la huella de carbono todo lo posible con distintas medidas, destacando: la priorización de proveedores locales para reducir las emisiones de C02 asociadas a los transportes y seleccionando a un proveedor de madera para el mobiliario, que cuenta con certificación forestal sostenible.
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El diseño de la tienda también promueve la eficiencia energética a través de la incorporación de iluminación LED, de un sistema de climatización que reduce el consumo de energía y de la incorporación de puertas correderas de apertura y cierre que ayudan a mantener el aislamiento térmico.