Para sorpresa de nadie, el presidente estadounidense Donald Trump contradecía ayer las palabras del pasado lunes de su propio vicepresidente, J.D.Vance, quien apostaba por un debilitamiento del dólar para mejorar así las exportaciones de Estados Unidos.
Igual que se ha cambiado el topónimo de Golfo de México por Golfo de América nada más llegar Trump al poder, igual se debería ya cambiar la conocida expresión «cada vez que abre la boca sube el pan» por «cada vez que habla sube el oro».
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Y es que justo al contrario de lo que pretendía su vicepresidente, Trump arremetía ayer contra cualquier país que intente reducir su dependencia del billete verde amenazándole con aranceles del 100% a sus exportaciones. Así de claro era en sus redes sociales: “¡Cualquier país que lo intente debería decir hola a los Aranceles, y adiós a América!
Y eso claro, tiene múltiples derivadas y una de ellas es el precio del oro, que al cierre de esta edición se sitúa en los 86,80 euros el gramo porque tal y como se negocian en tiempo real los ‘futuros’ sobre el oro (EFT’s) en Nueva York a un mes vista, estamos hablando ya de un 10% más en sólo una semana.
Y es que Trump ha desplegado toda su mala uva frente a los países del grupo llamado BRICS (Brasil, Rusia, India, Sudáfrica y China… aunque ahora son 20 más) que se pudieran estar planteando abandonar el dólar como moneda internacional de cambio, lo que ha provocado el desconcierto entre analistas e inversores, a la espera de cualquier otro movimiento.
Y es precisamente la falta de estabilidad y de seguridad financiera y regulatoria, la que sirve de combustible para impulsar el vuelo al precio del metal.
