Por Chesco Díaz | La joyería se sostiene gracias a las ocasiones especiales. A las bodas, nacimientos, aniversarios, peticiones de mano…, etc. En ellas, el cliente está dispuesto a hacer un desembolso económico, en la medida de sus posibilidades, que haga que la persona a la que le regala la joya se sienta única y especial.
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Las redes sociales, e internet en general, ofrecen un escaparate enorme para nuestro cliente potencial, lo cuál hace que cuando llama a nuestra puerta, tenga una idea muy clara de lo que quiere, o piense que está muy bien informado por lo que ha leído.
La pregunta es clara en ese sentido:
¿Cuántas piezas de joyería debemos tener en nuestro stock de tienda, y de qué estilo, para que puedan satisfacer a esos nuevos clientes, que ya vienen con una idea preconcebida?
La siguiente pregunta es:
¿Se puede mantener un stock importante de piezas si este stock no tiene una rotación?
En un mercado saturado de piezas y formas, la distinción está en la personalización. Todos los solitarios pueden ser más o menos parecidos, pero si el cliente participa en el proceso creativo, y tiene poder de decisión sobre determinados aspectos de la pieza, la cosa ya cambia, la pieza está hecha para él, y si es para un regalo para una persona querida, el componente afectivo es más alto.
No estoy explicando nada nuevo, muchos estaréis pensando que eso se ha hecho toda la vida con un lápiz y un papel, y los más artistas utilizarían técnicas de gouache, etc. para poder mostrar una idea o diseño.
Una herramienta para el siglo XXI
Esto está bien, pero estamos en el siglo XXI y las posibilidades son mayores pues podemos utilizar programas de 3D para realizar el modelo del cliente, y, en el proceso creativo, podemos imprimir un modelo en impresora de resina, el cuál le podemos enseñar al cliente, colocándole la piedra, para que se haga una idea clara de como va a ser su modelo una vez acabado.
Una novia, cuando se compra un traje para la boda debe probárselo varias veces y reajustarse las veces que sean necesarias. Eso era hasta ahora inconcebible en joyería, porque técnicamente no se podía, pero con las tecnologías de hoy en día podemos realizar imágenes renderizadas, impresiones 3D. En definitiva, hacer participe al cliente del proceso creativo.
Ahora que no me oye nadie, da igual si al final se lleva un solitario de cuatro garras, el diseño no tiene porque ser espectacular, lo importante es que el cliente intervenga, que ponga su granito de arena. Sin las tecnologías, el alto coste de realización hace que la mayoría de proyectos sean inviables, y que el cliente desestime comprar una joya, por el alto precio.
Fomentar la presencia online
Si nuestros clientes potenciales van a buscar primero en internet lo que les llame la atención, no deberíamos fomentar nuestra presencia en las redes? Sobre todo en Instagram. Generar contenido es algo tedioso, y además, debemos generar mucha cantidad y de buena calidad, para poder captar la atención del público objetivo.
Las buenas fotografías captan mucho la atención de la gente, pero también tienen un proceso de realización lento y costoso, a veces. Por lo que se podría decir que generar contenido, es un problema.
Por otra parte, ¿es necesario que el cliente venga físicamente a la tienda en todo el proceso? ¿No podemos mantener una primera reunión para captar la idea que necesita por Skype, Zoom, etc? Obviamente necesitamos enseñarle algo, un diseño, una idea, atractiva, que nos permita desarrollar ese encargo especial.
Y cuando el cliente se involucra en el proceso de creación y se emociona, ¿cuánto está dispuesto a pagar?
Probablemente mucho más que viendo una pieza en una manta, que puede ser preciosa, pero no es suya, es solamente una pieza bonita, bien acabada, de una excelente calidad, puede ser, pero no suya. Y en todo este panorama, la pregunta es:
¿Qué opciones tenemos, cuando no tenemos ni conocimientos de 3D, ni tiempo para aprender el manejo de un Software?
¿Qué es CounterSketch?
CounterSketch International es un software destinado a la venta de joyería, con un sistema revolucionario que permite al vendedor crear la pieza customizada al cliente, haciendo que el proceso de compra este mucho más adaptado a los gustos de este.
¿Cómo funciona?
CounterSketch International consta de una galería de piezas ya prediseñadas, y elementos los cuales se pueden adaptar a estos diseños, o crear nuevos. Estos diseños pueden adaptarse a las especificaciones del cliente, tanto en talla de dedo, medida y talla de gema, y grosores y forma de la pieza. Esto permite al vendedor adaptar al gusto y presupuesto del cliente el diseño, haciéndole partícipe del proceso.
¿Hay que tener conocimientos de 3D?
Ningún tipo de experiencia en modelado 3D. La interfaz es clara e intuitiva, nos permite realizar los cambios en el diseño a tiempo real y además podemos visualizar como quedará la joya mediante un renderizado.
¿Cuál es el proceso posterior?
Una vez realizado el diseño de la pieza, obtendremos un archivo en extensión 3DM o STL, archivos que pueden ser modificados mediante el programa Rhinoceros, para sus últimos retoques, o bien impresos directamente en una impresora 3D, para que entonces se pueda realizar el proceso de microfusión y repaso habitual de taller.
¿Es difícil aprender a usarlo?
Está pensado para que cualquier persona pueda jugar y diseñar joyas. Obviamente son necesarios algunos conocimientos de joyería, los habituales en un profesional del sector. Para el programa, bastarán unas pocas sesiones para comprender el proceso creativo de un catálogo de joyería que es totalmente personalizable y que cuenta con más de 1.200 modelos predefinidos.
Más información:
http://www.chescodiaz.com/countersketch/
Chesco Díaz es joyero y es distribuidor, y formador de los programas de diseño 3D MatrixGold y Countersketch, además de distribuidor oficial de las impresoras Asiga 3D.