Por José Luis Romera Cazorla | El pasado día 23 de enero, como colofón del Módulo de Metales y Manufacturas del curso de Tasador de Joyas impartido por AETA realizamos una visita al Museo Arqueológico Nacional (MAN) con el grupo de alumnos para explorar la exposición Tesoros de Rumanía.
Un verdadero lujo de exposición desde mi punto de vista demasiado poco divulgada. Tras documentarme para la ocasión explicamos cómo y de donde se obtenían el oro y la plata para la realización de las piezas expuestas, minería de superficie y arenas auríferas de la zona.
Además, explicamos los métodos empleados para la ejecución de dichas piezas. Para su realización utilizaron las técnicas del martilleado, el batido en caliente del metal, utilizando troqueles matrices o punzones.
La muestra, amplísima, abarca desde el s. VI a. C. al s. IV d. C. En lo referente a las piezas expuestas realizadas en oro y/o plata, consisten en cascos, vasos, apliques, piezas de arnés, brazaletes, diademas, adornos… procedentes de hallazgos fortuitos aislados y desenterramientos o túmulos funerarios principescos.
Desde el punto de vista artístico destacan las piezas de oro y plata por su rica decoración ejecutada al repujado por martilleado, punzonado e impresión, que pertenecen al estilo zoomorfo y antropomorfo. Los ejemplos más significativos son los cascos ceremoniales de oro de Poiana Cotofenesti y otro, en plata y oro de Peretu.
Destacan, además, los dos brazaletes de oro macizo en espiral adornados por palmetas rematadas en dos cabezas de dragones (parte de los 24 que se exportaron de manera ilegal y que se recuperaron gracias a la colaboración de EEUU, Suiza y Alemania) y una diadema de oro con piezas de granates, varias fíbulas en plata, así como brazaletes en plata.
También encontramos piezas más recientes con influencia de época romana donde se nos presentan pendientes de oro con piedras preciosas y pasta vítrea, así como anillos de oro con gemas engastadas y grabadas, pulseras, diademas, adornos… incluso se conserva un lingote de oro oficial de época romana.
Las capacidades artísticas también las podemos comprobar en los útiles de taller encontrados: moldes, crisoles de arcilla con restos de metal fundido, yunques de hierro, buriles de bronce, y un troquel de bronce.
En definitiva, no solo para alumnos, sino para cualquier Joyero o Tasador, amén del público en general con inquietudes por conocer un legado rico y desconocido, es altamente recomendable darnos una vuelta por la expo. Hasta el 27 de febrero la podremos disfrutar en Madrid, en el Museo Arqueológico Nacional.