A través de nuestro colaborador en Asia, el joyero Jaume Labro, hace unas semanas tuvimos la oportunidad de charlar en directo con uno de los lapidarios contemporáneos más reconocidos. Víctor Tuzlukov, maestro de maestros y un visionario de cómo las gemas adquieren vida propia a través de la mano de sus talladores nos explica algunas de las claves que le han convertido en referente internacional.
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¿Cómo fueron sus principios? ¿Aprendió en un centro especializado o ha sido autodidacta?
Los conocimientos iniciales sobre facetado los obtuve de un amigo, un aficionado en Rusia. Esa vez fue solo por diversión, no sabía que el facetado se convertiría no solo en mi hobby y negocio, sino en toda mi vida. Después de cortar un par de piedras bajo su dirección compré mi propia máquina de tallado y comencé a cortar por mi cuenta. En cuanto a los centros de formación, existe el Colegio número 11 en Moscú, que forma talladores de diamantes y gemas de colores, y algunas personas que dan clases privadas en Europa y Estados Unidos.
¿Cuánto tiempo de formación necesita un lapidario para realizar un trabajo solvente?
Depende de lo serio sea el nivel de lapidado al que uno quiera llegar. Para empezar a cortar con precisión, incluso a cierto nivel de competencia técnica, una semana de clases privadas con un cortador experimentado podría ser suficiente. Por otro lado, para poder elegir y orientar el cristal en bruto particular, analizar y optimizar un diagrama, maximizar el peso sin perder la belleza y el encanto de la gema, se necesitan años de experiencia.
Pero, si necesitas crear verdaderas obras maestras, debes tener creatividad artística y trabajar como si estuvieras meditando. Como les digo a mis alumnos: «Cuando trabajas con una piedra importante, debes dejar todo fuera de ti. En el peor de los casos, sólo deberían quedarse dos: tú y la piedra. En el mejor de los casos, tú y la piedra deberíais ser uno».
¿Cómo afrontas el trabajo sobre una gema cuando llega a tus manos?
Trabajo en dos direcciones: artística y de corte de precisión. A veces recibo piedra de mi cliente para cortarla/recortarla en un diseño clásico. En este caso, todo depende de la forma de la piedra, sobre todo si las piedras en bruto son caras, como el zafiro o la turmalina Paraíba. Pero cuando corto bajo un concepto artístico aquí la idea es lo primero. La idea crea una imagen, la imagen se transforma en un diagrama, que uso para elegir el material y luego cortar una gema en particular.
Cuando hablamos de joyería montada, ¿Qué es más importante: el diseño de la pieza o la piedra que monta?
Para ser honesto, nunca pienso en joyas. Además, creo mis obras como objetos de arte autosuficientes. Cuando un artista talla una escultura en miniatura en la piedra, no piensa que pueda ser parte de otro objeto: podemos tomarla, ponerla sobre la mesa bajo la luz adecuada, observarla, disfrutarla y devolverla a su caja fuerte. Mis piedras artísticas siempre tienen un significado profundo, además de belleza y armonía. Podemos mirarla, meditar, pensar en la idea y no necesitamos engastarla en joyas porque simplemente distraería nuestra atención de la idea principal.
¿La evolución de la tecnología ha cambiado el trabajo de los lapidarios?
Definitivamente, la evolución de la tecnología nos ha traído un nuevo enfoque de la precisión y del facetado en general. Hace mucho tiempo tuve un estudiante en Moscú y una vez visitamos la exposición de obras maestras de joyería de Karl Fabergé. Después de eso, mi alumno dijo: «¡Qué perfectas son estas obras maestras y qué imperfectas son las piedras preciosas!»
Durante siglos, los talladores intentaron simplemente revelar la belleza de la piedra, tratando de mantener el peso lo más posible (a veces olvidándose de la belleza misma), pero el nivel técnico del equipo no les permitió alcanzar la perfección en el pulido y la simetría. Ahora, el alto desarrollo de la tecnología nos lleva a otro paso de perfección. Los cortadores pueden incluso dibujar por facetas.
¿Por qué apenas vemos tallas artísticas con diamantes? ¿Es una cuestión de precio, dificultad, exigencias del mercado…?
Creo que la razón es la inercia y la formalización del mercado. Hace unos cien años se declararon el diseño «Ideal» y las proporciones «ideales» de los diamantes. Hasta ahora, cualquier desviación de este diseño disminuye el valor de la piedra.
Pero no debemos olvidar que, por ejemplo, el número óptimo de facetas depende del tamaño de la piedra y de nuestro propósito: ¿Qué queremos resaltar con nuestro corte? Si necesitamos centrarnos en la dispersión y mostrar más destellos de color, no necesitamos cortar demasiadas facetas en la gema pequeña. Una piedra de 3-4 mm con 17 facetas produce más destellos que la misma piedra con 57 facetas.
Desde el otro lado, un gran diamante con sólo 57 facetas parece muerto. Vi un diamante incoloro de 106 quilates con 57 facetas.. que era como un trozo de vidrio. Por eso los talladores de diamantes comenzaron a crear nuevos diseños, pero encontraron una dura oposición de los comerciantes y gemólogos, que tienen un sistema de clasificación y evaluación transparente y estrictamente formalizado basado en el corte estándar del diamante. Nadie quiere cambiarlo. Veamos qué pasará en el futuro.
¿Qué iniciativas podrían ser positivas para educar al mercado en este sentido?
Afortunadamente, el mercado de las piedras de color es más flexible que el de los diamantes y ya empezó a cambiar. Para aplicarlo, por supuesto, son buenas exposiciones, conferencias y artículos en los medios de comunicación. Pero esta educación debería abarcar a todos los participantes del mercado: talladores, comerciantes, gemólogos y tasadores, joyeros y clientes finales.
En cuanto a mí, hace unos años creé la idea de la Copa Mundial de Facetado, el campeonato mundial de técnica de facetado. Debería realizarse al menos dos veces al año (tres es mejor, en Asia, Europa y América) y, lo más importante: gracias al resultado de estas competiciones podremos crear y apoyar la lista de los mejores faceters (cortadores) del mundo. Puede dar una fuerte motivación a los cortadores para mejorar sus habilidades y atraer la atención del público hacia la perfección en el corte.
Recientemente usted ganó el premio JNA, que podría ser el equivalente a los ‘Oscar’ del cine. ¿Puedes contarnos cómo fue el proceso y si este premio cambió tu carrera?
Ese galardón ahora lleva el nombre JWA (Jewelry World Award), otorgado por Informa Market – organizador de la Feria de Joyería de Hong Kong, Estambul y otras ferias en Asia y en todo el mundo. Nunca pensé en este premio, porque sólo se podía otorgar a las grandes empresas, que trabajan desde hace mucho tiempo y tienen éxito en el mercado, no a individuos.
Pero el año pasado, con motivo de su 40 aniversario, la compañía Informa Markets creó una nominación especial: Extraordinary 40, donde eligieron a 40 personas que hicieron una contribución notable a la industria, como Richard Hughes, Martin Rapaport, Stephen Webster y otros. Entre estos 40 solo había un cortador y estoy muy agradecido a la empresa Informa Markets por la calificación tan alta de mis esfuerzos.