Con muchos recursos agotándose en el corto o medio plazo las empresas mineras (entre ellas las del diamante o el oro), miran al fondo del mar para seguir extrayendo minerales pero «el mar profundo es un sistema muy estable y muy lento que solo necesita un pequeño cambio de temperatura para que todo se altere», apuntaban varios investigadores en un webinar organizado por la revista canadiense Hakai.
«Incluso la alteración de una pequeña cantidad de sedimento ha cambiado el comportamiento de los microbios en los sedimentos durante años y años», dijo. «En algunos lugares explotados, treinta años después, las poblaciones microbianas no han regresado” según pruebas realizadas por científicos alemanes, explicaban.
Muchas de las preocupaciones científicas se basan en la comprensión de que el océano estabiliza la salud del planeta, y el papel del entorno de las profundidades marinas aún no está claro: “perturbar estos delicados ecosistemas podría dificultar que el océano neutralice los impactos humanos en el planeta, añadía otro de los ponentes, especialista en Geología de aguas profundas.
«Hay un millón de razones para no minar el fondo del mar, y menos razones para minar el fondo del mar», dijo Jamieson. «Todavía sabemos muy poco. Tenemos mucho trabajo por hacer antes de que podamos llegar allí» concluían.