Por Giovanna Tagliavía | Juan Candame Areosa, joyero de profesión, empresario y diseñador gallego, falleció el sábado 10 de febrero en su querida tierra, Galicia, la tierra que llevó siempre en su corazón cuyas costumbres y lugares compartió con muchos amigos, compañeros y también celebridades del mundo del deporte, del cine, de la moda y del diseño.
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Casi todo el mundo conocía sus diseños, su talento, sus acabados perfectos y solo algunos conocíamos su personalidad. Hombre inteligente que supo crecer desde abajo, gran trabajador, valiente y capaz, sobre todo capaz.
Al final, como tantos otros empresarios, la crisis de 2008 se llevó por delante su empresa de fabricación, aunque, ciertamente, dejó su buen hacer en sus hijos, ahora directores de CANDAME IN, joyería y relojería situada en Emilia Pardo Bazán, de su preciosa ciudad de A Coruña, la mejor herencia que les pudo dejar su padre.
Nuestra condición humana desde que nacemos nos dirige a la muerte, pero unos viven dedicando su tiempo a su familia y a su trabajo y otros trascienden esa esfera íntima para mejorar algo de su entorno.
Juan Candame hizo mucho por su sector, muchísimo, como presidente de la Federación Gallega de Joyeros puso al sector joyero gallego en el mapa. Hasta que él llegó, la producción joyera tenía en Valencia a los exportadores de cadenería, en Córdoba a la joyería comercial y más asequible, en Cataluña a la joyería de diseño y en Madrid, como en todos los sectores, la confluencia de todas ellas.
Fue él quien inició la implantación de la joyería gallega en España y fuera de nuestras fronteras como la “alta joyería española”, feito en Galicia, se decía.
Presidente de la Asociación Española
Durante cuatro mandatos fue también presidente de la Asociación Española de Joyeros y, en ese ámbito, logró grandes mejoras para los empresarios de la joyería y de la relojería española. No es el cargo lo que importa sino “la carga” de trabajo que el dedicó a los de su profesión. Hay muchos cargos a nuestro alrededor, pero unos pasarán y otros habrán dejado algo.
Yo trabajé con él siendo la directora de la Asociación Española durante más de 20 años. Doy fe de su fuerte temperamento, lo que nos provocó más de un problema institucional, del mismo modo que alzo la voz públicamente para decir que no se sometía a nadie cuando tenía que reivindicar las necesidades de las empresas del sector.
Recuerdo unos años en los que nos levantábamos con un asesinato, o con palizas y secuestros a joyeros. Se pateó de uno en uno cada despacho de Madrid hasta que fue él quien les convocó a todos para poner en marcha medidas conjuntas.
Tuvo que convocar un cierre patronal de 17.000 empresas, que toda la prensa española recogió, para que se pusieran en práctica todas las propuestas asociativas. Sus reuniones con el presidente de Gobierno, los ministros de Justicia y el de Interior, con el Fiscal General del Estado, con el Consejo General del Poder Judicial no fueron meras charlas, pudo impulsar enmiendas al Código Penal, a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, se establecieron fronteras móviles en los aeropuertos y en los ferrocarriles, empezaron a implantarse los escáneres para detectar joyería robada y sólo, después de este trabajo, la delincuencia descendió en nuestro sector.
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Las empresas del colectivo le deben que se eliminara el IVA incrementado de la joyería o el costo del IVA en la adquisición de materia prima, lo que provocó una producción mayor; flexibilizó las obligaciones legales contra el blanqueo de capitales a las tiendas de joyería logrando un régimen especial para ellas; impidió que el Ministerio de Industria impusiera un reglamento con consecuencias muy negativas para el sector y para ello coordinó un envío de más de 10.000 cartas al Ministerio
Evitó que subieran los aranceles a la importación de gemas en base a su PVP, instó al gobierno español a unirse al Proceso Kimberly de certificación de diamantes ajenos a zonas de guerra; impulsó la primera deducción del IVA de los morosos que no se hizo exclusiva del sector, el Diario de Sesiones del Congreso da fe de ello; y así muchas gestiones que, probablemente, sólo algunas personas recordaremos.
Él se ha ido y cuando uno se va, se alejan las acciones de su vida, perdemos a Juan, a quien hemos apreciado y respetado; como todos estaba hecho de aristas diversas y, entre ellas, es de agradecidos recordar que su trabajo incansable mejoró al sector joyero gallego y al español y, por ello, a este gallego internacional le debemos nuestro mejor recuerdo.
Giovanna Tagliavía es secretaria general de la Asociación Española de Joyeros, Plateros y Relojeros (AEJPR).