La venta ‘secreta’ de diamantes rusos, por valor de cientos de millones de dólares cada mes, está “fracturando el comercio mundial que se extiende desde las fábricas de corte en Mumbai hasta las tiendas de lujo en la Quinta Avenida de Nueva York”, afirma la agencia de noticias Bloomberg en un comunicado.
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Y si bien no están infringiendo sanciones, puesto que ni la Unión Europea ha emitido medidas específicas contra los diamantes rusos, y menos aún la India, lo cierto es que las grandes compañías joyeras ya se apresuraron desde el comienzo del conflicto a asegurar a sus clientes que no producirían joyas con diamantes procedentes del Gobierno de Putin.
El único país en boicotear expresamente los diamantes procedentes de Rusia ha sido Estados Unidos. Pero sus sanciones sólo afectan al bruto, no al pulido que pasa por terceros países, como son precisamente Bélgica e India, además de muchos otros como Dubái o Israel, los grandes centros mundiales del comercio de diamantes.
Se estima que el valor mensual de las ventas de diamantes rusos alcanzaría los 250 millones de dólares que van a parar a las arcas del Ejecutivo ruso, y por lo tanto al esfuerzo bélico, puesto que la principal compañía del país, Alrosa, es de propiedad estatal.