De decir que «los diamantes sintéticos no sirven para eventos importantes como las bodas», o que «no hay ningún valor emocional en el diamante de laboratorio» han pasado apenas cinco años y sin embargo parece ser que las tornas han cambiado para el gigante De Beers, que ahora ve las cosas de otra manera.
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Pero vamos a retroceder hasta 2018: Ese año, De Beers sorprendió a propios y ajenos lanzando una marca filial llamada Lightbox especializada en la venta de diamantes creados en laboratorio a un precio estándar de 800 dólares por quilate.
Se trataba para ellos de diamantes de ‘fábrica‘ podríamos decir (con permiso de la ortodoxia gemológica), montados en plata, sin ningún tipo de certificación y dirigidos a un público de perfil eminentemente aspiracional, y con los que querían marcar una clara línea roja: «Esto es alta bisutería y no tiene nada que ver con los diamantes ‘de verdad'» como se puede extraer de sus mensajes.
Los diamantes creados en laboratorio de De Beers prometen una «experiencia de compra sin estrés y sin riesgos», pues «la gran química merece una gran química» según expresan en sus mensajes publicitarios
De hecho su estrategia promocional a lo largo de estos años ha venido marcada por estas diferencias como atestiguan las frases literales que recogíamos al principio de este artículo y que venían nada menos que de su máxima cabeza visible: Bruce Cleaver, el CEO de De Beers hasta hace unos meses.
Sin embargo el mercado es caprichoso y todo apunta a que esas líneas rojas no eran tales para el consumidor, que al fin y al cabo es el que decide. Ahora el planteamiento ha cambiado y como podemos ver en la propia página web de la marca los diamantes creados en laboratorio prometen una «experiencia de compra sin estrés y sin riesgos» pues «la gran química merece una gran química» según expresan en sus mensajes publicitarios.
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Sin embargo los precios a los que ahora vende De Beers ya no son los mismos que para su línea inicial. Ahora forman parte de una colección ‘Premium‘ y estos diamantes sintéticos se cobran con certificado a un precio de entre 1.500 euros por un conjunto de piedras que suman 1 quilate, y 5.000 euros por las gemas de 2 quilates.
Una realidad tozuda
De Beers se ha topado con la realidad del mercado y, de hecho, el nupcial es uno de los que más están creciendo entre el cliente final según varios analistas internacionales. Son muchos los que ven en este producto una opción irrenunciable a la hora de crear un proyecto de vida a partir del ‘Sí, quiero’.

Si aterrizamos en España la situación es muy similar en cuanto al progresivo crecimiento de este tipo de cliente, salvando las diferencias con el mercado norteamericano.
Así nos lo han transmitido en numerosas ocasiones los dos precursores de la introducción del diamante creado en laboratorio en nuestro país: Carles Tubella y Álex Riu, socios en la firma mayorista We Speak Diamond, que en 2018 abrieron también el primer establecimiento exclusivamente dedicado a la joyería con diamantes sintéticos, Accent Barcelona, y para los que el mercado nupcial es una de sus principales líneas de negocio.
«Uno de nuestros productos ‘estrella‘ son los anillos de compromiso. La persona que nos llega ya tiene claro que busca joyería con diamantes creados en laboratorio. No necesitamos explicarlo porque son clientes informados y comprometidos con un producto que, a su criterio, es más responsable, tal y como nos explican» afirmaba Carles Tubella en una charla reciente.