Algunos detallistas de EE.UU estarían ya considerando reducir ahora las rebajas del Black Friday (el 26 de noviembre) para añadir posteriormente un nuevo día de descuentos en enero o febrero, ya que la escasez de suministro de joyería y relojería está interrumpiendo la programación de ventas incluso antes del periodo fuerte de compras navideñas.
Tal y como señalan en varios medios especializados norteamericanos, “es posible que el Black Friday no haga su verdadero debut hasta después de Navidad y Año Nuevo debido a un cuello de botella en el envío que ha retrasado los pedidos de los minoristas”.
“Los minoristas se quejan de que no han recibido el material que pidieron hace varios meses”, asegura el responsable de una empresa de investigación de mercados, motivo por el que crece la preocupación y cada vez suena más la celebración de otro evento de estas características tras el embudo pre-navideño.