La semana pasada se presentó en el festival de Cine de Berlín el documental Nothing Last Forever (Nada dura para siempre), en el que el realizador ha intentado plasmar la “burbuja romántica en la que se sostiene la industria del diamante” según sus productores.
Se trata de una cinta de 85 minutos en la que, según el comunicado oficial (ya que no hemos tenido la oportunidad verla por el momento), el realizador ha pasado 10 años investigando y entrevistando a algunos de los representantes “más poderosos” de la industria, como Martin Rapaport, Stephen Lussier (De Beers), Dusan Simic (gemólogo), o Chandu Sheta, mayorista indio imputado por mezclar diamantes sintéticos con naturales.
Resulta chocante dedicar 10 años a un documental y, sobre todo, se trata de un periodo de tiempo en el que la industria ha cambiado drásticamente. De hecho algunas reseñas que hemos podido leer en medios especializados en cine hablan del diamante con el símil de la ‘fiebre del tulipán’ en Holanda.
La ‘Fiebre del tulipán’
Una comparativa que no parece especialmente afortunada teniendo en cuenta que, efectivamente en la primera mitad del siglo XVII, se desató en los países bajos una burbuja que hizo dispararse los precios de los bulbos de esta planta, por los que se llegaban a pagar precios equivalentes a una vivienda de lujo en el Amberes de la época.
Pero eso sólo duró un par de décadas hasta que, efectivamente, se demostró que todo respondía al efecto provocado por la especulación. Sobre los años 30 del siglo todo el negocio del tulipán se desmoronó como un castillo de naipes.
Quedamos a la espera de poder ver de primera mano ese documental, aunque de momento no hay previsión del estreno.