Por Albert Gracia | Cuando queremos ilustrar la joyería con una de sus herramientas más representativas es fácil que pensemos en la astillera, el compás, el buril, el limatón, la lima, el arco de sierra e incluso, por qué no, en el martillo de relojero.
Quizá porque si la asociamos con el cepillo, el borrego, la pasta de pulir, las madejas de hilo de algodón y las uñas y dedos negros, manchados de polvo y sebo, nos resulta excesivamente falta de glamour.
«El pulido manual de joyería no es un trabajo sencillo, sino más bien un trabajo duro y desagradecido que repercute directamente en el costo de la producción; lo que sin duda está causando que cada vez sea más difícil encontrar buenos profesionales especializados»
Quizá sea por esa razón que hace tiempo que, muchos joyeros, priorizan invertir en las soluciones que les ofrece el mercado para reducir el pulido manual, aunque en muchos casos esas soluciones hayan condicionado las geometrías de sus diseños.
Sin embargo los fabricantes de alta joyería, cuyas exigencias de calidad les impiden aceptar soluciones que condicionen o alteren sus diseños, no han empezado a adquirir de forma significativa máquinas de pulido hasta la llegada al mercado de los sistemas de electro-acabado, lanzados al mercado en 2006 por Hispana de Maquinaria.
Problemas de los sistemas de pulido anteriores
Cuando empezaron a introducirse los sistemas de electro-acabado de Hispana, bautizados como Línea G y conocidos vulgarmente como “electropulido», convivían los sistemas mecánicos (bombos mecánicos, turbos, vibradores…), el electropulido químico y el bombing (que estaban ya en proceso de extinción por los inconvenientes de trabajar con sales cianuradas), y los bombos magnéticos.
Los sistemas mecánicos eran muy útiles para esmerilar los exteriores de las piezas de joyería, al remover material e igualar la superficie, pero tenían dos problemas:
- Retiraban el material de forma desigual, comiendo más las aristas y las puntas de las garras que sujetaban las piedras que no el resto de las piezas.
- Tenían problemas al trabajar con gran parte de las piedras preciosas y con esmaltes.
- Solo trabajaban los exteriores de las piezas, siendo los interiores la parte más compleja y costosa de pulir manualmente.
El electropulido y el bombing eran procesos químicos de ‘stripping‘; es decir, de pelado de la superficie del metal por reacción química y eso conllevaba la siguiente problemática:
- El metal lograba brillo incluso en los interiores, pero la superficie no se trabajaba y, en vez de mejorarla y ocultar los defectos, hacían que destacara más la porosidad interna.
- La formulación de las sales de estos procesos contenían en su mayor parte cianuro, o en su defecto elementos muy peligrosos, cuyos vapores eran tóxicos y por tanto trabajar con ellos requería de protocolos de trabajo delicados, así como sistemas de aspiración y de filtrado de gases. Sin olvidar que generaban residuos químicos que había que declarar y gestionar.
Los bombos magnéticos movían palillos imantados a gran velocidad, haciendo que golpearan las piezas de joyería que se mantenían prácticamente estáticas dentro de una cuba con agua y jabón. Este proceso dañaba un poco la superficie exterior, pero conseguía cierto brillo en los interiores y por tanto servía como reemplazo de los sistemas químicos de “stripping”, compartiendo con ellos el respeto a la geometría de las piezas. No obstante tenían un problema importante:
- No pulían, simplemente golpeaban y compactaban la superficie.
La diferencia del sistema
El sistema de electro-acabado de Hispana ha sido el primer sistema de pulido desarrollado específicamente para atender las necesidades del sector de la joyería, y más concretamentede la alta joyería, mejorando incluso la calidad de acabado que puede obtenerse con el pulido manual. De ahí su éxito entre las grandes marcas de fabricantes de alta gama.
«El sistema parte de la idea de crear un proceso que aproveche las ventajas de los sistemas químicos de ‘stripping’ y de los sistemas mecánicos, eliminando sus inconvenientes»
Básicamente es un sistema químico que necesita la interacción mecánica como catalizador de la reacción, siendo ésta carente de abrasión, lo que permite dos cosas importantes:
- Que se pueda hacer un esmerilado y pulido muy fino de la superficie y de los interiores de las piezas respetando su geometría.
- Que en el proceso no se afecten las piedras y esmaltes que puedan contener las piezas, al no ser estos conductores y no reaccionar químicamente con el compuesto.
Posteriormente Hispana de Maquinaria ha ido lanzando al mercado nuevos desarrollos y mejoras de su sistema de electro-acabado, manteniéndose como referente de calidad frente a las otras marcas que han sacado más tarde productos similares, englobándose en tres grandes grupos:
- Primer Paso. Los sistemas de primer paso trabajan con una interacción mecánica gruesa, trabajando muy bien los exteriores de las piezas a pulir y consiguiendo abrillantar los interiores.
- Segundo Paso. Hispana ha desarrollado dos sistemas para pulido de interiores:
- Sistema SP: Combina una interacción mecánica gruesa como la del Primer Paso con una interacción mecánica más fina. Este es el sistema de Segundo Paso preferido para pulir joyería de plata y bisutería, ya que tiene un bajo costo de mantenimiento.
- Sistema Energy: Utiliza una interacción mecánica muy fina. Este es el sistema de Segundo Paso PASO preferido para pulir joyería de oro, especialmente por empresas de alta joyería, ya que consigue los acabados más espectaculares del mercado en complejos interiores de difícil acceso.
PRIMER PASO
SEGUNDO PASO
En resumen podríamos decir que la llegada de los sistemas de electro-acabado de la Línea G de Hispana ha revolucionado el pulido en joyería, con las siguientes consecuencias:
- Ha quedado minimizado el pulido manual a procesos muy cortos, dirigidos a resaltar el brillo.
- Ha mejorado el acabado de las piezas, sobre todo en interiores de difícil acceso, incluso con piedras y esmaltes colocados previamente.
- Ha bajado sensiblemente los costos de producción, reduciendo mucho la mano de obra.
- Ha reducido las mermas, así como facilitado la recuperación del metal desgastado durante el pulido.
- Ha simplificado los protocolos de uso de los compuestos químicos, así como facilitado el proceso de reciclado, al eliminar cianuros y productos peligrosos de las formulaciones.
- Ha ido poco a poco sustituyendo a los otros sistemas de pulido, dejándolos relegados a trabajos muy concretos, como el pulido de piezas de tornillería de muy poca complejidad geométrica.
Les invitamos a saber más de nuestros sistemas y máquinas visitando la web técnica de Hispana de Maquinaria www.hispana.eu, enviando un e-mail a hispana@hispanaspain.com, o llamando a la empresa al teléfono +34 933 091 707.
Albert Gracia es el director Comercial de HISPANA DE MAQUINARIA