Martin Rapaport da por “liquidado” el Proceso de Kimberley, la institución creada en el año 2000 para bloquear la entrada en el mercado internacional de los diamantes de ‘sangre’. Otra víctima colateral más de la invasión rusa de Ucrania.
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En una dura alocución de más de dos horas en el marco de la pasada feria JCK de Las Vegas, el presidente del grupo Rapaport y uno de los empresarios más influyentes en la industria del diamante, aseguró que “el Proceso de Kimberley certifica activamente ‘diamantes de sangre’ y otros envueltos en violaciones de los Derechos Humanos”
“Los Certificados KP son la máquina de blanqueo de los diamantes y el dinero sucios procedentes de Rusia y de Marange (Zimbabue)” apunta Rapaport.
Petición al Consejo Mundial del Diamante
Pero el controvertido empresario fue más allá durante su discurso e hizo una petición expresa al Consejo Mundial del Diamante (WDC, en sus siglas en inglés) para que renuncie a participar en el Proceso Kimberley.
Hay que recordar que el Proceso de Kimberley está formado por tres ‘patas’: Los representantes de 84 países; la industria, agrupada en el Consejo Mundial del Diamante; y 11 ONG’s que trabajan sobre el terreno en África.
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Pero sólo las decisiones de los países, y por consenso, son vinculantes. El resto sólo puede hacer recomendaciones, mientras que el veto de un país participante puede echar al traste cualquier resolución.
Es lo que ocurrió este pasado mes de junio durante la última reunión del Plenario del Proceso Kimberley que se celebró en la capital de Botswana. Un grupo de países, encabezados por EE.UU, Canadá, Reino Unido y la Unión Europea lanzó antes del encuentro la propuesta para votar una ‘condena’ a los diamantes procedentes Rusia, pero el veto de este país y de algunos satélites (como Bielorrusia), provocó que el tema ni siquiera se tratase en la Asamblea.
Para Rapaport el KP se ha convertido en una ‘Liga de Naciones’ fallida y pide “al World Diamond Council que formalmente renuncie a su participación en el KP y empezar a trabajar para buscar una alternativa al comercio mundial del diamante”.
DISCURSO COMPLETO DE MARTIN RAPAPORT