El Museo de Historia Natural de Londres exhibe estos días en su galería de gemas ‘The Vault’ (La Bóveda) una extremadamente rara: Un diamante negro de 93 quilates que se cree originario de Brasil aunque la familia propietaria la adquirió a finales del siglo XIX en Goa, India, una región que durante siglos fue colonia portuguesa y un conocido centro de tallado de gemas.
La piedra se engastó posteriormente en un colgante de oro blanco de inspiración árabe en el que le acompañan 41 diamantes incoloros y 26 amarillos en la parte trasera que representan la constelación de la Osa Mayor. Se cree que el diamante en bruto pesaba más de 300 quilates.

El porqué de los diamantes negros
El comisario de la exposición explica que el característico color de la gema se lo dan los pequeños granos de diamantes individuales que crecen entre sí, conocidos como policristalinos. También contiene muchas inclusiones diminutas de otros minerales, principalmente grafito negro” añade.
“Los límites entre los diferentes granos así como estas inclusiones evitan que la luz pase a través del diamante, por lo que, aunque es parcialmente translúcido, parece negro opaco. Las inclusiones también crean un efecto de brillo dentro del diamante” señala el comisario.
Hay más formas estudiadas de diamantes negros, pero de eso también hablaremos muy pronto…