Por María R. Dávila | La máxima expresión del arte, de la joyería y la orfebrería mogola la vemos en materiales como el jade y la nefrita. El uso de este material tiene una gran representación y variedad, tanto en joyas de adorno personal como en los diferentes objetos, presentes en la vida de la corte mogola y que son el reflejo de una gran habilidad técnica y una expresión de arte en sí misma.
Las piezas de este periodo son testigos del lujo, la opulencia y la preservación de su carácter propiamente dicho, mantenido durante las diferentes dominaciones que ha sufrido el subcontinente indio a lo largo de su historia, con la consecuente adopción de influencias extranjeras.
El jade empleado en sus piezas tiene origen en la zona de Khotan en China y produce un color desde el tono denso oscuro a un tono pálido, que es utilizado en todas las variedades cromáticas con una gran pericia técnica.
El gusto por este material lo heredaron los gobernantes mogoles de sus antepasados timuríes ya que en la cultura islámica se consideraba el jade como invocador de la victoria, y por este motivo se utilizó en la producción de armas y accesorios para la guerra o la caza.
Estas armas están totalmente documentadas en la pintura de los indios mogoles y, en especial, en las páginas del Padshahnamaca. Conservado en la biblioteca Real del Catillo de Windsor y datado en el año 1635, se trata de un álbum miniado realizado en acuarela opaca, una técnica tradicional india donde se pintan y se describen escenas de la Corte. En él, cada personaje es individualizado y juega un papel único dentro de la escena.
También representa escenas cotidianas de la vida de la corte, como esta que muestra una comida real donde vemos al emperador mogol Jahangir, (r. 1605-1627) y el y Shah Abbas I de Persia, donde apreciamos la colocación de las espadas o dagas en el cinturón, que les sirve de soporte, aparte de servir de ceñidor del jama.
Las armas destacan por sus diversas tipologías, en tanto en la concepción de las empuñaduras, como en la decoración de las hojas de acero. Así encontramos representaciones zoomórfica talladas en el jade verde, como esta que representa la imagen una cabra donde, mediante un exquisito relieve, se muestra al animal, y donde se le han incrustado unos rubíes que simulando los ojos, ofrece una muestra de hasta dónde llega el virtuosismo de los lapidarios mogoles.
También podemos encontrar en esa época dagas que presentan una clara deuda con los modelos occidentales, como la que perteneció a Shan Jahan, donde se ha representado en el perfil, en bulto redondo, un joven a la manera de los modelos renacentistas, siendo un claro reflejo de la interacción entre la India y Europa que se llevó a cabo a partir de la llegada de los portugueses en el año 1510, y que perduró hasta el siglo XX, donde el intercambio de piezas fluía en ambas direcciones.
Pero la verdadera eclosión y el gran potencial en el uso de jade se muestra cuando se le añaden piedras preciosas, con una técnica típicamente mogola, como en las empuñaduras de las de las dagas que vemos representadas en las anteriores miniaturas de los indios mogoles.
Los artesanos, con una exquisito dominio de las técnicas de engaste, las dividen mediante hilos de oro y colocan en ellas rubíes y esmeraldas de gran calidad y belleza, formando una decoraciones con florales, demostrando ser una técnica totalmente propia y personal, que es la de engastado o de colocación de piedras kundan.
Dentro de este conjunto de armas o piezas para la guerra con estas incrustaciones florares, en el mundo mogol encontramos los llamados anillos de arqueros, que se colocarían el pulgar y que llegaron a convertirse en grandes emblemas de la realeza con un exquisito dominio de técnica de engaste kundan.
Los guerreros y gobernantes mogoles creían que el jade detectaba y contrarrestaba el veneno. Por esta razón se utilizaba en recipientes para la bebida. La pieza más antigua que se puede vincularse con el imperio mogol es una jarra que presenta tres bandas caligráficas, que le sirven de decoración en la base.
La central es una dedicatoria real anunciando que la copa fue hecha para el propio emperador, el primer gran mogol. La inscripción del borde superior, en escritura nasta´liq, confirma que la copa era de uso exclusivo del emperador, y que hace en el segundo año de su reinado, entre marzo 1607 y abril 1608, los versos en persa son poesías del S.XVII, y sugieren que el poeta fue el autor de la copa.
Una técnica milenaria en joyería
Las piedras preciosas que están presentes en todos estos objetos indios se distribuyen en maravillosos diseños en jade, pero también en materiales como el cristal de roca. El tesoro más precioso que nos ha legado en este estilo de joyería es la técnica kundan.
Tenemos noticia de esta joyería desde el emperador Akbar (1556-1605). Esta técnica, se convierte en el principal método de engaste durante el imperio mogol donde se coloca primero el marco de oro, y después se embuten o engastan las piedras preciosas.
Sabemos que este tipo de engaste procede de los llamados engastes a martillo, que suelen ser muy refinados, y donde el elemento inserto en el metal queda fijado por el desplazamiento físico el metal sobre sus bordes hacia dentro.
«Uno de estos tipos de engaste repujado era el engaste a la rusa, que todavía hoy se sigue practicando y que consiste en colocar una sola piedra en un hueco, y desplazarla en el metal golpeándola normalmente con un puntero romo»
La gran mayoría de estas innovaciones se producen en la estepa euroasiática y de allí se proyectaron en diferentes a las diferentes corrientes culturales. Uno de estos tipos de engaste repujado era el engaste a la rusa, que todavía hoy se sigue practicando y que consiste en colocar una sola piedra en un hueco, y desplazarla en el metal golpeándola normalmente con un puntero romo.
Otra herencia euroasiática que data del primer milenio antes de Cristo es el engaste tabicado a martillo, y que se realizó también en objetos europeos en la Alta Edad Media y en Renacimiento. Este tipo de tabicado se va a expandir desde esta estepa euroasiática hacia la India, Irán y Europa.
En Europa esto va a dar paso a otras técnicas menos complejas como el engaste en chatón y sus variantes que facilitaban el proceso de engastado y al mismo tiempo dejan ver la mayor parte de la piedra, sin poner en peligro las sujeciones.
Este método propiamente indio de colocación de piedras preciosas logra un efecto de una gran riqueza ya que permiten cubrir con gemas la superficie entera del objeto. Este tipo de trabajo exige un alto grado de control en el diseño y la ejecución.
El kundan utiliza el oro de 24 quilates que se bate en tiras de chapa y se refina hasta tal punto de hacerlo viscoso a temperatura ambiente.
El kundan utiliza el oro de 24 quilates que se bate en tiras de chapa y se refina hasta tal punto de hacerlo viscoso a temperatura ambiente. Este grado de pureza llega a formar enlaces moleculares cuando se le aplica la presión con instrumentos de acero, que se utilizan primero para rebatir la chapa alrededor de la piedra y después cortarla, modelarla y bruñirla, a gusto del artista.
El kundan se puede aplicar sobre cualquier superficie rígida ya que no requiere soldadura para unir el metal, adquiriendo así una total libertad, ya sea para la ejecución de la obra en esmalte, o piedras previamente engastadas, como en los objetos que vemos en jade. E incluso utilizando en superficies de materiales orgánicos como, la madera o el marfil.