Los precios disparados del metal precioso —que llevan ya más de una semana por encima de los 2.000 dólares la onza— están haciendo que investigadores y empresas de la industria miren hacia las balsas de residuos mineros (relaves) como fuente para incrementar la productividad y los beneficios.
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Es el caso de las minas de oro en Canadá. Según su autoridad minera, el Instituto de Recursos Naturales, se estima que hay en torno a los 10.000 millones de dólares canadienses (más de 6.700 millones de euros) esperando a ser recuperados en estas balsas de desechos.
Varias empresas han entrado en la carrera para desarrollar y comercializar tecnología para ayudar a recuperar este valor y extraer minerales de los estanques de relaves, a través de la introducción de microorganismos capaces de filtrar los restos de los metales, que no solamente son oro, sino también cobre, níquel, o hierro, entre otros.
Al menos cinco empresas están aprovechando las nuevas tecnologías para su recuperación y ya no es una fase de investigación, sino que se está explotando activamente en varias minas de la región de la Columbia británica canadiense.
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