En un momento en que el origen de las gemas está en boca de todos de cara a una joyería más responsable, lo que muchos no saben es que desde Groenlandia se extraen y comercializan unos rubíes y zafiros rosa con unas características que los hacen únicos y, por lo tanto, trazables para los gemólogos.
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Así lo explicaba el pasado martes la gemóloga y representante de Greenland Ruby para España y Europa, Emilie Come, durante su intervención en las Conferencias del Instituto Gemológico Español.
Los primeros depósitos de gemas se descubrieron en los años 60 aunque los habitantes locales ya las conocían y empleaban desde hace miles de años. Los trabajos de prospección y explotación se iniciaron en 2017 y es ahora cuando se encuentran en plena producción y venta en el mundo.
Las gemas proceden de un depósito en el suroeste de la isla helada y, a diferencia de otros conocidos yacimientos (Birmania, Mozambique, Vietnam, Madagascar…) estas gemas destacan por la presencia de anfíbol, feldespato y mica; además de cordierita y zafirina en contadas ocasiones. También a nivel gemológico se caracterizan por su alto contenido en vanadio y hierro.
La explotación de estos depósitos, contaba Come, se caracteriza por contar con los estándares de sostenibilidad más avanzados del momento y de hecho la empresa minera Greenland Ruby es la única certificada hasta la fecha por el Consejo de Joyería Responsable, además estar regulada bajo las estrictas normativas ambientales de las autoridades de Groenlandia.
Cuando se acabe su vida útil, estimada en unos 30 años, el entorno de la mina recuperará su estado original puesto que la explotación ha apartado un lago estéril para poder trabajar, que luego volverá a abrirse para inundar las instalaciones actuales.
En este video se puede seguir la intervención completa