Tono “positivo” en la declaración final al cierre del Proceso de Kimberley, que celebró su plenario la semana pasada aunque con un resultado “insuficiente”, como también era previsible debido a las diferencias de fondo entre los grandes países con intereses en la industria (Rusia, China y EE.UU, básicamente).
El presidente del Consejo Mundial del Diamante (representante de la industria), Edward Asscher, expresó el “importante papel de Kimberley en detener el flujo de diamantes en conflicto”, pero también puso el dedo en la llaga y recordó haber “preferido que el Proceso Kimberley tomara una decisión concreta sobre la ampliación de la definición de diamante de conflicto”.
“Hoy día en todos los sectores, desde el café hasta el chocolate, así como las camisetas que viste, la sociedad quiere saber las condiciones en las que se obtuvieron sus componentes y los impactos que tuvieron en el entorno y las personas que los producen”, afirmó Asscher. Su postura puede resumirse en dos puntos expresados por el representante de la industria:
- Debemos ser justos con todos los involucrados, lo que en la práctica significa avanzar en el espíritu de la Declaración sobre Abastecimiento Responsable.
- No queremos dejar a nadie atrás.
En su discurso, el presidente del WDC también expresó la decisión de la industria para ‘congelar’ la expansión de las zonas verdes en República Centroafricana, desde donde se exportan legalmente diamantes en bruto, mientras que hay otras donde el comercio de diamantes está totalmente descontrolado aunque el Gobierno local pide la ampliación.
“Si tomamos atajos, ponemos en peligro todo el marco y, en consecuencia, el futuro de nuestro producto y el bienestar de su país” añadió.